Es muy frecuente escuchar que "unas copitas de más", estimulan el Deseo y animan a las personas a acercarse y a desempeñarse mejor sexualmente. Es indudable el efecto desinhibidor que el alcohol tiene, Actúa sobre la corteza cerebral, disuelve prejuicios y monotonías y libera los centros inferiores del cerebro, donde radican los centros neurovegetativos y del Deseo sexual. Sin embargo, deberemos señalar, que el alcohol tiene esos efectos, pero ingerido en escasa cantidad y por un breve lapso de tiempo. Cuando supera determinados límites de dosis, el efecto es totalmente contrario, perturbando el Deseo sexual, impidiendo una buena erección, produciendo trastornos eyaculatorios y en las mujeres, perturbando la capacidad orgásmica. El peligro del consumo repetido, es muy conocido. Muchas mujeres y hombres, hoy alcohólicos, comenzaron consumiendo alcohol para estimularse, desinhibirse y atreverse al contacto primero social y luego sexual. La repetición reiterada del procedimiento, termina lesionando los centros superiores y el hígado. El consumo del alcohol, ya no fue un medio, sino un fin en sí mismo.
A semejanza de lo que ocurre con el alcohol, muchas otras sustancias, disuelven las inhibiciones que provocan directa o indirectamente, disfunciones sexuales. Entre otras, la cocaína, el LSD, el opio y la morfina. Tal vez la más conocida de todas, sea la marihuana, denominada en portugués, "maconha". Su efecto de estimulación, suele ser indirecto, en particular, al principio de su consumo. La droga distorsiona la percepción del tiempo y puede producir la ilusión de que el orgasmo se está prolongando. Además, la marihuana vuelve al usuario muy sugestionable. Por lo tanto, si le atribuye a la droga, efectos afrodisíacos, con certeza, va a tener esos efectos, en particular, durante las primeras veces del consumo. Sin embargo, al igual que la mayoría de las drogas, como afrodisíaco, es un verdadero fracaso. Además, su consumo reiterado, produce dificultades eréctiles y del Deseo sexual en ambos sexos, pudiendo provocar hiperprolactinemia (una hormona segregada por la hipófisis) cuya consecuencia más objetiva, sería la de estimular el crecimiento de las glándulas mamarias de los hombres y de las mujeres (ginecomastia), acompañada muchas veces, de dolor, priapismo (ereccion prolongada y dolorosa)
miércoles, 21 de octubre de 2009
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